Palabras clave crossfit - hombro - ecografía musculoesquelética - manguito rotador - tendón
Introducción
El CrossFit es un programa de entrenamiento creado en 1995 por Greg Glassman.[1 ] En los últimos años ya se han sumado más de 12.000 gimnasios en todo el mundo.[2 ] El objetivo de esa metodología de entrenamiento, es preparar al deportista para
cualquier tipo de esfuerzo desconocido e imprevisto.[3 ] Para ello, incorpora una amplia variedad de ejercicios funcionales en los que se
mueven grandes cargas, en largas distancias y de forma rápida, mediante ejercicios
que se combinan para crear circuitos variados ejecutados a alta intensidad.[3 ] También se ha demostrado que el CrossFit mejora capacidades físicas como el índice
de masa corporal (IMC), resistencia muscular y capacidad aeróbica.[1 ]
[4 ]
[5 ]
Diversos estudios han analizado las lesiones asociadas a la práctica de este deporte
con el fin de identificar la tasa de lesiones, las localizaciones más frecuentes y
factores de riesgo asociados. Si bien diversos estudios han identificado que se producen
lesiones vasculares asociadas al CrossFit,[6 ]
[7 ] ellas son poco frecuentes. El sistema musculoesquelético es el que más lesiones
acumula, encontrando estudios que muestran que por cada 1000 horas de entrenamiento
la tasa de lesiones varía desde 2,1 a 3,1.[2 ]
[8 ]
[9 ] En cuanto a la localización de las lesiones, la zona del hombro aparece como la
más frecuentemente lesionada según la bibliografía actual.[8 ]
[9 ]
[10 ] Otras localizaciones algo menos habituales son la zona lumbar y las rodillas.[10 ]
Como factores de riesgo, hasta ahora se han identificado los siguientes: las características
demográficas, los hábitos de entrenamiento, las características de los centros deportivos[11 ] y la realización de ejercicios específicos como el Overhead press , Snatch y Kipping pull up ,[12 ] ese último en el caso de las lesiones de hombro.
Hasta ahora, la definición de lesión que se había empleado estaba basada en la cantidad
de tiempo que el dolor mantenía al deportista apartado del entrenamiento y/o adaptándolo,
encontrando que la mayoría de los estudios realizados para conocer la localización
de las lesiones musculoesqueléticas, han utilizado como fuente de información principal
cuestionarios autoinformados por el propio deportista. El uso asociado de fuentes
clínicas o complementarias de imagen ha sido muy bajo, no habiendo encontrado ningún
estudio que haya utilizado la ecografía para caracterizar o examinar alteraciones
estructurales asociadas a lesiones informadas en el CrossFit, ni tampoco para analizar
si existen cambios estructurales preclínicos relevantes en esos deportistas.
La ecografía musculoesquelética ha demostrado ser una de las herramientas más fiables
y con una gran exactitud diagnóstica para evaluar esa articulación, con la ventaja
de no ser invasiva, no tener efectos ionizantes y ofrecer una imagen a tiempo real
de las estructuras.[13 ] Los resultados de una de las últimas revisiones bibliográficas son de una alta sensibilidad
y especificidad en el diagnóstico de roturas parciales del manguito rotador, calcificaciones
tendinosas, luxación del tendón de la cabeza larga del bíceps braquial (TCLB) y de
bursitis subacromiales;[14 ] sin embargo, esos cambios estructurales nunca han sido descritos en el deportista
de CrossFit hasta el momento.
Nuestra hipótesis es que una carga de práctica superior a las 1000 horas acumuladas
en la vida del deportista está asociada a la presencia de cambios estructurales en
tendones y en otras estructuras del hombro.
Por ello, el objetivo principal del presente estudio es determinar la frecuencia de
alteraciones estructurales ecográficas en deportistas de CrossFit y su relación con
las horas acumuladas de práctica en dicho deporte. Como objetivos secundarios se estableció
determinar si existe consistencia en la relación entre tener dolor de hombro y una
práctica acumulada de más de 1000 horas de CrossFit y/o por el entrenamiento de competición
y describir la frecuencia de alteraciones estructurales en el hombro mediante ecografía.
Material y Métodos
Diseño y Participantes del Estudio
Se realizó un estudio descriptivo analítico transversal. Se reclutaron 8 deportistas
voluntarios en cada uno de los 13 gimnasios oficiales de CrossFit seleccionados en
Barcelona (España). Como único criterio de inclusión, se estableció el hecho de ser
deportista activo en CrossFit entre 18 y 65 años al momento del reclutamiento. Como
criterios de exclusión se estableció que todos los que estuvieran recuperándose de
una intervención quirúrgica o fractura en el hombro, o tuvieran diagnóstico médico
de capsulitis adhesiva o rotura del espesor total del manguito rotador, quedaran excluidos.
El Comité de Ética de Investigación (CEI) de la Universidad CEU San Pablo aprobó el
estudio, el cual cumplía con todos los principios establecidos en la Declaración de
Helsinki.
Una fisioterapeuta con experiencia de más de 5 años en la realización e interpretación
de imágenes ecográficas valoró los criterios de elegibilidad. Todos los sujetos incluidos
firmaron el correspondiente consentimiento informado. La misma investigadora recogió
información de los cambios ecográficos estructurales (mediante examen ecográfico)
y diversas variables demográficas, clínicas y relativas a la práctica del deporte
(mediante cuestionario heteroadministrado). Puesto que la unidad de estudio fue el
hombro, no el deportista, la información ecográfica y clínica se recopiló para ambos
hombros del deportista.
Variables Clínicas
Se midió la presencia de dolor como variable dicotómica (sintomático/asintomático)
y la presencia de alteraciones en el tendón de la cabeza larga del bíceps (TCLB),
en el tendón del supraespinoso (TSE), y en la articulación acromioclavicular (AC).
Esas estructuras fueron seleccionadas por ser lesionadas habitualmente en el levantamiento
de peso.[15 ] Se definió un protocolo de examen ecográfico para identificar tres alteraciones
estructurales en el TCLB (presencia de líquido en la vaina, inestabilidad del TCLB,
áreas focales hipoecoicas e imágenes hiperecoicas compatibles con calcificaciones),
cuatro en el TSE (presencia de líquido en la bursa subacromial, defectos corticales
en el húmero, áreas focales hipoecoicas y calcificaciones) y dos en la articulación
AC (defectos corticales y alteraciones en la sinovial).
El equipo de ecografía utilizado fue un Sonosite M-Turbo de Fujifilm con sonda lineal
de 6–15 MHz y con una profundidad constante de 4 cm para realizar las mediciones.
Se colocó al paciente en posición de sedestación sobre un taburete con los pies apoyados
en el suelo, la espalda erguida, mirada al frente y el miembro superior evaluado con
el codo en flexión de 90°, prono-supinación neutra y sosteniéndose la muñeca con la
otra mano ([Fig. 1 ]). La examinadora sentada en el lado del hombro a evaluar, por delante y con el equipo
frente a ella.[13 ]
[16 ]
[17 ] Se colocó la sonda en la cara anterior del hombro, perpendicular al TCLB. Se realizó
un barrido de proximal a distal visualizando el tendón dentro de la corredera bicipital.[13 ]
[17 ] En la parte proximal se identificó su porción intraarticular, donde el tendón se
horizontaliza para incorporarse a la articulación y cambia la dirección de su patrón
laminar.[16 ] Dentro de la corredera bicipital el tendón presenta una imagen ovalada e inclinada
ya que en su parte medial se apoya sobre el ligamento humeral semicircular, que está
formado por fibras del ligamento coracohumeral (LCH) y del ligamento glenohumeral
superior (LGHS).[18 ]
[19 ] Durante este barrido se colocó la sonda transversal y se tomó la medida de grosor
del TCLB calculando la distancia del eje perpendicular a la línea de su máximo diámetro
pasando por su punto medial ([Fig. 2a ]).[20 ] Se descendió con la sonda hasta evaluar la zona más distal del tendón en la unión
miotendinosa donde aparece la imagen de un corte longitudinal del tendón del pectoral
mayor. En esa zona, tiende a acumularse el líquido sinovial[17 ] (líquido en la vaina) que se clasificó como positivo cuando la imagen anecoica alrededor
del tendón medía más de 2 mm2 .
Fig. 1 Posición inicial del paciente y la evaluadora para el protocolo de evaluación ecográfica
del hombro.
Fig. 2A -Medida del grosor del TCLB (a: máximo diámetro del TCLB; b: punto medial del diámetro
del TCLB; c: grosor del TCLB). (B)-Medida del grosor de Tendón del Supraespinoso.
Se ascendió con la sonda de nuevo y se realizó una rotación externa pasiva del hombro
para evaluar la inestabilidad del TCLB en su corredera; ella se definió como positiva
cuando el tendón se desplazaba hacia medial por encima de la tuberosidad menor del
húmero.[16 ]
Se desplazó la sonda hacia lateral y se evaluó en corte transversal el tendón del
supraespinoso. Se le pidió al paciente que colocara la cara palmar de la mano en la
cresta ilíaca anterosuperior con el codo flexionado posterior a la línea media.[21 ] El tendón del supraespinoso se visualiza hiperecoico y fibrilar sobre el cartílago
humeral anecoico. Se midió su grosor en un corte transversal, en la zona medial del
tendón a 12,5 mm lateral al TCLB[17 ]
[22 ] ([Fig. 2 ]). El límite inferior de la medición fue la primera región hiperecoica homogénea
sobre el cartílago articular anecoico de la cabeza del húmero, y el superior fue el
borde del tendón antes de la línea hiperecoica de la bursa subacromial.[13 ] Y, en un corte longitudinal, se evaluó la presencia de contenido líquido en la bursa
subacromial (líquido en bursa subacromial), que fue positiva cuando el grosor de la
imagen anecoica del líquido superaba los 2 mm2 .
Las áreas focales hipoecoicas (AFH) y la presencia de imágenes hiperecoicas compatibles
con calcificaciones (calcificaciones) en el TCLB y SE se evaluaron y contrastaron
en corte transversal y longitudinal.
Para terminar, se evaluó la articulación AC colocando la sonda en la parte superior
del hombro, en un plano coronal, con el brazo en posición neutra a lo largo del cuerpo.
En ese punto, se evaluó la presencia de defectos en las corticales óseas (defectos
corticales AC) y se definió la presencia de alteraciones estructurales en el tejido
cápsuloligamentoso cuando la distensión capsular de la AC (alteraciones en la sinovial)
superaba los 3 mm.[17 ]
[20 ]
Siguiendo la metodología empleada por otros autores,[21 ] antes de la recogida de las imágenes ecográficas se realizó un estudio de fiabilidad
intraobservador con una de las mediciones ecográficas realizadas, el grosor del TSE,
asumiendo que la fiabilidad podía ser extensible a otras. Para ese estudio, el examinador
repitió las mediciones dos veces, distanciadas 48–72 horas, a un total de 10 hombros
de 5 deportistas de CrossFit. La fiabilidad obtenida fue excelente, con un coeficiente
de correlación intraclase (CCI) de 0,977.
Variables Demográficas y Relativas al Deporte
Se recogieron las variables sociodemográficas de sexo y edad (años), así como variables
relativas a dos aspectos del estilo de vida como tipo de trabajo actual (sedentario/activo)
y práctica de deporte previo al inicio del CrossFit (si implicaba esfuerzos con hombro)
con respuesta dicotómica sí/no.
Las variables relativas a la práctica del CrossFit incluyeron la participación en
competiciones, años de práctica del CrossFit, número de entrenamientos semanales y
duración del entrenamiento (horas). A partir de esas tres últimas variables, se calculó
el número de horas acumuladas a lo largo de los años, y el resultado se categorizó
en dos categorías (más de 1000 horas acumuladas/ menos de 1000 horas acumuladas).
Análisis Estadístico
Se empleó el programa SPSS versión 24.0 para Windows. Se realizó un análisis descriptivo
de la muestra mostrando media ± desviación típica para las variables cuantitativas,
y porcentaje para las cualitativas. La fiabilidad intraobservador se determinó a través
de los coeficientes de correlación intraclase (CCI). El estudio de la independencia
de variables cualitativas se realizó mediante el test Chi-Cuadrado o, en su defecto,
la Prueba exacta de Fisher según se cumplieran los correspondientes criterios. Para
comparar medias entre pares de grupos, se aplicó el test de Student para muestras
independientes.
Para establecer la relación entre las horas acumuladas, la presencia de dolor u otras
alteraciones y el grosor de los tendones, se usaron múltiples modelos de regresión
logística, analizando como variables dependientes cada una de las alteraciones, primero
sin ajustar y luego ajustadas por las variables edad, trabajo sedentario y deporte
previo asociado al hombro. En todo momento se estableció un p valor <0,05 con un intervalo
de confianza del 95%.
Resultados
Características de los Participantes
Se incluyeron un total de 104 sujetos (71% hombres), con una edad media de 33,8 años
(DT = 8,2). Antes de iniciarse en el CrossFit, un 80,8% no habían practicado deporte
implicando al hombro. En el momento del estudio, un 25,9% acumulaba más de 1000 horas
de práctica y un 29,8% ya había competido habitualmente ([Tabla 1 ]). Los deportistas con más de 1000 horas acumuladas tuvieron un perfil sociodemográfico
similar al resto de los participantes, pero competían significativamente más. Los
competidores entrenaron significativamente más horas que los no competidores.
Tabla 1
Características
Total
(n = 104)
Acumula > 1000h
Compite
NO
(n = 78)
SI
(n = 26)
NO
(n = 73)
SI
(n = 31)
Demográficas
Edad (años); media ± DT
33,8 ± 8,2
34,3 ± 7,9
31,9 ± 9,1
34,3 ± 8,2
32,5 ± 8,3
Sexo hombre
74 (71)
Estilo de vida
Trabajo sedentario
55 (52,9)
45(57,7)
10 (38,5)
41(56,2)
14 (45,2)
Sin deporte previo
(asociado al hombro)
84 (80,8)
63(80,8)
21 (80,8)
60(80,2)
24 (77,4)
Práctica de CrossFit
Compite
31 (29,8)
14(17,9)
17 (65,4)[** ]
−
−
Acumula > 1000h
26 (25)
−
−
9 (12,3)
17 (54,8)[** ]
Horas acumuladas, media ± DT
722 ± 644
411 ± 225
1656 ± 584
499 ± 437
1.248 ± 746[** ]
Días entrena, media ± DT
4,3 ± 1,2
Horas entreno/dia, media ± DT
1,4 ± 0,6
Años de práctica
< 1
31 (29,8)
1–2
34 (32,7)
> 2
39 (37,5)
Frecuencia de dolor y Alteraciones Estructurales
Un total de 208 hombros fueron examinados (de 104 sujetos). La frecuencia de dolor
en el hombro fue del 37% ([Tabla 2 ]). La alteración estructural más frecuente relacionada con el TCLB fue la presencia
de AFH (48,1%), al igual que en relación al TSE (60,6%) y en relación a la AC, la
alteración estructural más frecuente fue la presencia de defectos corticales (30,3%).
Las alteraciones menos frecuentes fueron líquido en la bursa subacromial, inestabilidad
del TCLB y calcificaciones en TCLB. Del conjunto de los hombros explorados, 105 fueron
dominantes ya que un sujeto fue absolutamente ambidiestro. Tanto el dolor como todas
las alteraciones estructurales halladas, se distribuyeron homogéneamente en los lados
dominante y no dominante, con p-valores no significativos ([Tabla 2 ]). Por ese motivo, se decidió explorarlos conjuntamente en los posteriores análisis
dirigidos a examinar su relación con la acumulación de horas de práctica.
Tabla 2
Variables
Total hombros
(n = 208)
Hombros no dominantes
(n = 103)
Hombros dominantes
(n = 105)
p -valor
Presencia de Dolor
78 (37,5)
35 (34)
43 (41)
0,299
Alteraciones Relacionadas con TCLB
Líquido en la vaina
17 (8,2)
8 (7,8)
9 (8,6)
0,832
Inestabilidad TCLB
8 (3,8)
3 (2,9)
5 (4,8)
0,734
AFH
100 (48,1)
50 (48,5)
50 (47,6)
0,894
Calcificaciones
1 (0,5)
1 (1)
0 (0)
0,992
Grosor (cm), media ± DT
0,28 ± 0,06
0,28 ± 0,07
0,27 ± 0,04
0,185
Alteraciones Relacionadas con TSE
Líquido bursa subacromial
8 (3,8)
3 (2,9)
5 (4,8)
0,739
Defectos corticales húmero
35 (16,8)
14 (13,6)
21 (20,0)
0,217
AFH
126 (60,6)
57 (55,3)
69 (65,7)
0,126
Calcificaciones
19 (9,1)
8 (7,8)
11 (10,5)
0,498
Grosor (cm), media ± DT
0,52 ± 0,07
0,52 ± 0,071
0,53 ± 0,07
0,290
Alteraciones Relacionadas con AC
Alteración sinovial
51 (24,5)
23 (22,3)
28 (26,7)
0,467
Defectos corticales
63 (30,3)
32 (31,1)
31 (29,5)
0,804
Relación con Horas Acumuladas de CrossFit
Los modelos de regresión logística univariante (sin ajustar) realizados pusieron de
manifiesto que tener o no más de 1000 horas acumuladas solamente se relacionó con
la presencia de dolor y de áreas focales hipoecoicas en el TCLB. En la [tabla 3 ] se puede observar que la odds o probabilidad de tener dolor se incrementa (OR = 2,0)
cuando los deportistas acumulan más de 1000 horas. Sucede al contrario con la odds
de presentar áreas focales hipoecoicas en el TCLB, puesto que ella decrece (OR = 0,3)
entre esos deportistas. Se puede observar en la tabla que hubo un 25,2% (54,5–28,8)
menos de deportistas con áreas focales hipoecoicas entre los que tuvieron mayor carga
acumulada.
Tabla 3
Variables
Acumula > 1000h
No
(n = 52)
Sí
(n = 156)
OR (IC 95%)[a ]
OR (IC 95%)[b ]
Presencia de Dolor
26 (50)
52 (33,3)
2,0 (1,1–3,8)[* ]
2,0 (1,1–3,9)[* ]
Alteraciones Relacionadas con TCLB
Líquido en la vaina
6 (11,5)
11 (7,1)
1,7 (0,6–4,9)
2,8 (0,9–8,8)+
AFH
15 (28,8)
85 (54,5)
0,3 (0,2–0,7)[** ]
0,4 (0,2–0,8)[** ]
Alteraciones Relacionadas con TSE
Defectos corticales húmero
9 (17,3)
26 (16,7)
1,0 (0,5–2,4)
1,2 (0,5–2,8)
AFH
27 (51,9)
99 (63,5)
0,6 (0,3–1,2)
0,7 (0,4–1,3)
Calcificaciones
4 (7,7)
15 (9,6)
0,8 (0,3–2,5)
0,9 (0,3–3,0)
Alteraciones Relacionadas con AC
Alteración sinovial
17 (32,7)
34 (21,8)
1,7 (0,9–3,5)
1,9 (0,9–3,9)+
Defectos corticales
16 (30,8)
47 (30,1)
1,0 (0,5–2,1)
1,3 (0,6–2,8)
Los modelos de regresión ajustados permitieron poner en evidencia que ambas, la odds
ratio de los modelos sin ajustar y ajustados (con edad, trabajo sedentario y deporte
previo asociado al hombro), se mantienen constantes.
No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los sujetos que competían
y los que no competían, ni en relación al dolor ni las alteraciones estructurales
(datos no mostrados). Esos hallazgos fueron consistentes tanto en los modelos ajustados
como en los no ajustados.
Se realizó un modelo de regresión lineal para analizar la relación entre el grosor
promedio de los tendones TCLB y TSE en los subgrupos de deportistas que tuvieron más
o menos de 1000 horas y según compiten o no, sin ajustar y ajustados por la edad,
trabajo sedentario y deporte previo asociado al hombro ([Tabla 4 ]). En el TSE, la relación entre horas acumuladas y grosor fue significativa con una
media de cambio de 0,5 mm al tener más de 1000 horas, mientras que esa relación no
fue significativa con relación al TCLB. Sin embargo, el hecho de competir sí que tuvo
una relación significativa con el grosor de ambos tendones, que aumentó de media en
0,3 mm tanto en el TSE como en el TCLB con independencia de la edad, trabajo sedentario
y deporte previo asociado al hombro. El hecho de competir no tuvo relación con otras
alteraciones estructurales.
Tabla 4
Acumula > 1000 horas
Compite
No
Si
Cambio promedio (SE)[a ]
NO
SÍ
Cambio promedio (SE)[a ]
Grosor TCLB (mm)
2,8 ± 0,6
2,9 ± 0,4
0,1 (0,1)
2,7 ± 0,4
3,0 ± 0,8
0,3 (0,1)[** ]
Grosor TSE (mm)
5,1 ± 0,7
5,6 ± 0,8
0,4(0,1)[** ]
5,1 ± 0,6
5,4 ± 0,8
0,3 (0,1)[** ]
Discusión
Este ha sido el primer estudio que ha podido evaluar de forma objetiva las características
de esas lesiones evaluando ecográficamente, cuál es la predisposición a lesionarse
de cada tejido para poder sentar unas bases que sirvan a los fisioterapeutas y entrenadores
para crear un plan de prevención específico para este deporte. Para ello, se evaluaron
las estructuras del hombro que según el estudio de Kolber MJ[16 ] se sabe que sufren más durante los deportes de levantamiento de peso, como son el
TCLB, el TSE y la AC. Al explorarlas ecográficamente, lo que se ha podido ver es una
gran prevalencia de áreas focales hipoecoicas en TSE y TCLB (48,1% y 60,6%), así como
abundantes defectos corticales en la AC (30,3%). Para poder relacionar los hallazgos
ecográficos con el deporte de CrossFit era necesario evaluar la relación entre cada
uno de esos hallazgos y el tiempo entrenando. Hasta ahora, pocos artículos se habían
centrado en observar si existe esa relación, con un único estudio específico en el
hombro hasta la fecha[12 ] que demostró una tasa de lesiones de 1,18 por cada 1000 horas de entrenamiento,
y otro estudio posterior no específico que mostró una tasa de lesiones de 0,51 por
cada 1000 horas de entrenamiento.[9 ] Los resultados de nuestro estudio confirman que el número de horas de entrenamiento
aumenta la probabilidad de tener una lesión en el hombro, pero además, también aporta
información específica sobre cuáles son los tejidos del hombro donde se acumulan esas
lesiones. Así, se ha observado que el entrenamiento de CrossFit afecta específicamente
al tendón del TSE, provocando un engrosamiento de 0,5 ± 0,1 mm (p < 0,01) a partir de las 1000 horas de entrenamiento. Según el estudio de Michener
L.[13 ] un engrosamiento de 0,6 mm del TSE se relaciona con el síndrome de impingement subacromial ̈. Teniendo en cuenta ese dato y los hallazgos de nuestro estudio, el engrosamiento
de 0,5 mm en los deportistas de CrossFit no es necesariamente patológico, pero sí
es indicativo de un cambio preclínico que se debería tener en cuenta en toda la complejidad
del denominado síndrome de dolor subacromial. Además, cuando se evaluó el TSE en deportistas
de Weighlifting en el estudio de Setiawati R,[23 ] se relacionó directamente la práctica de ese deporte, con un mayor número de lesiones
en el TSE. Por lo tanto, es imprescindible contrastar la información que nos aporta
la imagen ecográfica con la clínica del paciente para poder deducir si es un engrosamiento
patológico o no.
Además de la repercusión que tiene el entrenamiento de CrossFit sobre el hombro en
términos del aumento de grosor del TSE, se observa también una adaptación del TCLB
en este deporte. Se ha podido confirmar que el tiempo de entrenamiento afecta a la
presencia de AFH en el TCLB, observándose cómo al acumular más de 1000 horas de entrenamiento
de CrossFit, se reducen las AFH en el TCLB a la mitad. Eso convierte al factor tiempo
de entrenamiento en un protector del TCLB haciendo que ese tendón se adapte a la carga
del entrenamiento mejorando su estructura de fibras colágeno.
Por otro lado, según la bibliografía actual, hay diversos factores que podrían estar
alterando esa relación entre los cambios estructurales y el tiempo entrenando; como
la edad, la historia deportiva de los participantes o la actividad física que desempeñan
en sus trabajos. Sin embargo, como puede observarse en este estudio, la edad de los
deportistas no influyó en la aparición de alteraciones estructurales, es decir, que
el hecho de tener mayor edad no favorece el riesgo de lesión en el hombro; lo que
coincide con el estudio de Summit RJ,[12 ] pero contradice a los estudios de Weisenthal BM[10 ] y Sprey JW[11 ] que afirman que la edad aumenta significativamente las posibilidades de sufrir una
lesión, aunque se debe tener en cuenta que la población del presente estudio no supera
los 65 años. Los resultados de nuestro estudio tampoco permiten apoyar la teoría de
Weisenthal BM y cols.,[10 ] que defiende que haber practicado algún deporte previo relacionado con el hombro
aumenta las probabilidades de tener una lesión.
En el estudio de la relación entre el dolor y las horas de entrenamiento de CrossFit,
se observa que a partir de las 1000 horas acumuladas se duplican las probabilidades
de tener dolor en el hombro. Según eso, al multiplicar la media de horas semanales
de entrenamiento por las 52 semanas que tiene el año, se puede ver que las 1000 horas
de entrenamiento corresponden a 3 años de práctica de ese deporte. Así, se descarta
la afirmación de Sprey JW[11 ] de que, a partir de los 2 años de práctica, aumenta la probabilidad de sufrir una
lesión (44,9% p = 0,013); y también lo publicado por Weisenthal BM y cols.,[10 ] a propósito de la ausencia de relación entre el tiempo entrenando y el riesgo de
lesión.
Se ha evaluado así mismo la relación entre el dolor y la competición y si el hecho
de competir[9 ]
[11 ] aumenta el riesgo de lesión. Este es el primer estudio en el que se demuestra de
forma objetiva que el hecho de competir en CrossFit, no aumenta la probabilidad de
sufrir dolor en el hombro, observándose que el dolor sí está relacionado con el mayor
número de horas de entrenamiento pero no con el hecho de competir. Sin embargo, que
el hecho de competir no provoque dolor en el hombro, no quiere decir que no produzca
cambios estructurales en esa articulación. En este estudio, se ha podido observar
que el TSE y el TCLB se engrosaban 0,3 ± 0,1 mm (p < 0,01) comparado con los deportistas que no competían, aunque, como ya se ha comentado
previamente, esos hallazgos ecográficos se deben relacionar siempre con la clínica
del deportista. En el caso concreto del TCLB, el estudio de Chang KV[20 ] afirma que un engrosamiento de 0,2 mm se podía relacionar con patología, pero si
tenemos en cuenta la disminución de las áreas focales hipoecoicas del TCLB que se
da en los deportistas de CrossFit que acumulan más de 1000 horas, se puede pensar
que el engrosamiento de ese tendón es una adaptación al deporte. Además, en un estudio
hecho con deportistas de vóley,[21 ] los autores concluyen que el engrosamiento del TCLB se relaciona con la patología
a partir de los 0,6 mm (p < 0,01).
Para terminar, se vio que las características demográficas y el estilo de vida de
los deportistas que acumularon más de 1000 horas de entrenamiento eran similares a
las de los deportistas que acumularon menos horas, diferenciándose únicamente en su
participación en competiciones. Además, el 80,8% de los deportistas evaluados no habían
practicado ningún deporte previo relacionado con el hombro, siendo el CrossFit la
primera actividad deportiva donde han empleado esa articulación. Tal y como se afirma
en el estudio de Summit et al,[12 ] los ejercicios de CrossFit que más lesionan el hombro son el Overhead Press (28,2%),
el Snatch (21,7) y el Kipping Pullup (10,8%), lo que coincide con la posición de Overhead que compromete a las estructuras evaluadas en este estudio y en las que se ha podido
ver que se dan los cambios estructurales. Por lo tanto, esos hallazgos ecográficos
podrán ser de gran utilidad tanto para identificar de forma adecuada el tejido diana
a la hora de realizar tratamientos de fisioterapia invasiva ecoguiados, como para
recomendar la restricción de determinados ejercicios que impliquen la posición de
Overhead durante la progresión en el tratamiento de lesiones en los tejidos de TSE, TCLB y
AC. Además, eso permitiría apoyar que los tratamientos se complementen con ejercicios
de fuerza y movilidad (aumentando la movilidad en rotación interna[24 ]), para de esa forma, aumentar el espacio subacromial con el objetivo de disminuir
las consecuencias del engrosamiento de los TSE y TCLB.
Limitaciones del Estudio
El estudio presentó algunas limitaciones como que las personas con hombros sintomáticos,
o que habían sufrido alguna lesión, tuvieron más interés en asistir a las evaluaciones
ecográficas que los sujetos sanos.
Otra limitación fue que, durante las evaluaciones ecográficas, los sujetos asistieron
tanto antes del entrenamiento como justo después. Eso pudo haber modificado en algún
caso los hallazgos ecográficos. Además, los sujetos lesionados con alteraciones estructurales
importantes que les impedían entrenar, normalmente no asistieron a los gimnasios y
no aparecen como muestra representativa.
Líneas Futuras de Investigación
Sería interesante realizar futuras investigaciones enfocadas a relacionar las alteraciones
ecográficas con pruebas ortopédicas que afirmen o descarten si el dolor de los hombros
sintomáticos corresponde al tejido donde se localizan las alteraciones estructurales.
Conclusiones
Las alteraciones estructurales más frecuentes en los hombros de los deportistas de
CrossFit, son las áreas focales hipoecoicas en los tendones TSE y TCLB y los defectos
corticales en la AC.
A partir de las 1000 horas de entrenamiento, se observa un aumento significativo de
grosor del TSE de 0,5 ± 0,1 mm y una disminución significativa de las áreas focales
hipoecoicas en TCLB.
La probabilidad de tener dolor en el hombro se duplica cuando se acumulan más de 1000
horas de entrenamiento de CrossFit y no guarda relación con el hecho de competir.
La diferencia en la exploración ecográfica de hombro entre los competidores y los
no competidores es el aumento de grosor de 0,3 ± 0,1 mm en los tendones de TSE y TCLB.