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DOI: 10.1055/s-0028-1111028
Die Verantwortung des Arztes bei der Erstversorgung von Schädel-Hirnverletzungen
Early management of skull injuriesPublication History
Publication Date:
16 April 2009 (online)
Zusammenfassung
Mit den voraufgehenden Beispielen sollte versucht werden zu skizzieren, durch welche hauptsächlichen Komplikationen das Leben und die Erholungsfähigkeit bei schweren Schädel-Hirnverletzungen in den ersten Stunden und Tagen bedroht sind. Unter den heutigen Verhältnissen ist jeder Arzt, gleichgültig welcher Fachrichtung, aufgerufen und vor die praktische Notwendigkeit gestellt, am Unfallort, auf dem Transport oder im erstversorgenden Krankenhaus entscheiden zu müssen, welche diagnostischen und therapeutischen Maßnahmen beim Schwerverletzten zuerst durchgeführt werden müssen. Objektive Untersuchungen sollten zeigen, daß die Hypoxydose als drohendste Gefahr für Gesundheit und Erholung des Verletzten nicht nur eine Arbeitshypothese, sondern eine meßbare Realität ist. Diese Komplikation ist nicht eine unmittelbare, sondern eine mittelbare und symptomatische der Schädel-Hirnverletzung. Dieser Komplikation, also den Atem- und Kreislaufstörungen, kann und muß das erste ärztliche Bemühen gelten. Sicherlich werden heute die Erwartungen in die ärztliche Hilfe bei Schwerverletzten häufig bis ins Unmögliche gesteigert. Es ist sinnlos, höchste Geschwindigkeiten zu erstreben und bei Unfällen dann zu erwarten, daß die empfindlichsten Organe des menschlichen Körpers, vor allem das Gehirn, derartige Gewalteinwirkungen ohne Schaden überstehen könnten. Die substanziellen Hirnschädigungen, die bei derartigen Verletzungen auftreten, sind und bleiben irreparabel. Im Gegensatz dazu sollte hier aber an diejenigen Funktionsstörungen erinnert werden, bei denen durch häufig einfachste Maßnahmen die Kette der sich unablässig weiter steigernden Störungen unterbrochen werden kann oder bei deren rechtzeitiger Erkennung entsprechende operative Hilfe veranlaßt werden muß. Ohne diese entscheidenden Maßnahmen ist jede spätere Spezialbehandlung zwecklos. Wegen der großen Empfindlichkeit des Gehirns gegen Sauerstoffmangel kann dem erstbehandelnden Arzt die Verantwortung nicht abgenommen werden, die Erstbehandlung der vegetativen Funktionsstörungen so rasch wie möglich durchzuführen und die Symptome der wichtigsten Komplikationen rechtzeitig zu erkennen, um die Verletzten dann einer entsprechenden Spezialbehandlung zuführen zu können. Dazu ist es aber erforderlich, die wichtigsten Behandlungsmaßnahmen und differentialdiagnostischen Überlegungen besonders den jungen Kollegen immer wieder in Vorlesungen und Fortbildungskursen zu vermitteln und außerdem die organisatorischen Voraussetzungen zu schaffen, damit Schwerverletzte über nicht zu lange Strecken entsprechenden Fachzentren mit speziellen diagnostischen Möglichkeiten zugeleitet werden können.
Summary
Early measures of dealing with head injuries — at the place of accident, during transport and in the Casualty Department — are discussed. Hypoxia is a secondary complication of such injury, but may become the centre of therapeutic endeavours. Circulatory and respiratory resuscitation must be immediately undertaken. Cerebral damage sustained as the result of such trauma will remain irreparable. On the other hand, various secondarily disturbed functions may be dealt with and reversed satisfactorily. Early surgical intervention may be necessary to break the vicious circle. The chief responsibility of the doctor who first sees such cases is to prevent or reverse hypoxia and to recognize the most important complications so that they may be dealt with speedily. Organizational questions involved in the transport of the severely injured to special centres is discussed.
Resumen
La responsabilidad del médico en la atención primaria de lesiones del cerebro craneal
Con los ejemplos mencionados se intentó esbozar las complicaciones principales que amenazan en las primeras horas y en los primeros días la vida y la capacidad de restablecimiento en los casos de graves lesiones cerebrales-craneales. En las condiciones actuales todo médico, sea cual sea su especialidad, está llamado y colocado ante la necesidad práctica de tener que decidir en el lugar del accidente, durante el transporte o en el hospital de primera atención, cuáles son las medidas diagnósticas y terapéuticas que tienen que ser realizadas primero en el herido grave. Exploraciones objetivas debían mostrar, que la hipoxidosis como peligro más amenazador de la salud y del restablecimiento del lesionado no es sólo una hipótesis de trabajo, sino una realidad medible. Esta complicación no es una consecuencia inmediata, sino mediata y sintomática de la lesión cerebral-craneal. A tal complicación, o sea a los trastornos respiratorios y circulatorios, puede y tiene que dedicarse el primer esfuerzo médico. Es verdad que hoy día se exageran frecuentemente hasta el imposible las esperanzas respecto al auxilio médico a heridos graves. No tiene sentido el aspirar a velocidades máximas y esperar en accidentes, que los órganos más sensibles del cuerpo humano, ante todo el cerebro, puedan resistir sin daño a tales influencias violentas. Los daños cerebrales sustanciales que sobrevienen en tales lesiones son y permanecen irreparables. Pero en contraste con esto deberían recordarse aquí aquellos trastornos funcionales, en los cuales se puede interrumpir por medidas frecuentemente más sencillas la cadena de los trastornos que siguen aumentando incesantemente, o cuyo reconocimiento a tiempo exige dispensar el auxilio operatorio correspondiente. Sin estas medidas decisivas es todo tratamiento especial posterior inútil. Por causa de la gran sensibilidad del cerebro a la deficiencia de oxígeno no se puede dispensar al médico de primera atención de la responsabilidad de realizar el tratamiento primario de los trastornos funcionales vegetativos tan rápidamente como sea posible y de reconocer a tiempo los síntomas de las complicaciones más importantes, a fin de poder dirigir entonces a los lesionados hacia un tratamiento especial correspondiente. Para ello es necesario facilitar, una y otra vez, las medidas de tratamiento más importantes y reflexiones del diagnóstico diferencial especialmente a los colegas jóvenes, en conferencias y cursillos de preparación ulterior, y crear además los supuestos de organización, para poder dirigir a heridos graves en trayectos no demasiado largos a los centros especializados correspondientes con posibilidades diagnósticas especiales.