Probleme einer rechtzeitigen Förderung des hörgestörten Kindes¹

Zusammenfassung

Auch für hochgradig hörgestörte Kinder lassen sich heute dadurch entscheidende Fortschritte erzielen, daß man ihr Restgehör mit speziellen kinderaudiometrischen Methoden früher und genauer erfassen, durch elektroakustische Apparate beträchtlich verstärken und durch eine systematische Hör-Sprecherziehung für den Erwerb von Sprache und Sprechvermögen sinnvoll ausnutzen kann. Diese sogenannte pädoaudiologische Förderung muß aber frühzeitig, etwa mit 18 Monaten, begonnen werden. Am Anfang hat eine ärztliche Beurteilung des „Krankheitssymptoms Schwerhörigkeit” zu stehen. Diese Basis-Untersuchung des hörgestörten Kleinkindes einschließlich Anamneseerhebung, ätiologischer Abgrenzung, Kinderaudiometrie sowie Differentialdiagnose (Psychiater, Pädiater, Psychologe) muß großen, hierfür speziell eingerichteten Hals-, Nasen-, Ohrenkliniken vorbehalten bleiben. Die wichtigste Folgerung für das resthörige Kind besteht in der Verordnung eines individuell angepaßten, tragbaren Hörgerätes. Denn nur durch Hörgerätbenutzung kommt die nötige Hör-Sprech-Wechselbeziehung zustande, die dem Kind gestattet, eine akustische Welt aufzubauen und die eigenen Lautäußerungen zu kontrollieren. Zusätzlich benötigt das Kind systematische Anleitungen in Form der häuslichen Hör-Sprecherziehung („Home-Training”), die von einem Hörpädagogen unter Mitarbeit der Mutter gegeben werden müssen. Auf diese Weise läßt sich das Lebensschicksal hochgradig schwerhöriger Kinder wesentlich glücklicher gestalten. Doch auch eine leicht- bis mittelschwere Schwerhörigkeit bedarf besonders im Schulalter einer größeren Beachtung. Hierzu müssen die mittels der unzureichenden Sprachabstandsprüfung vorgenommenen Schulhörprüfungen generell auf die Technik der Schulaudiometrie umgestellt werden. Eine systematische Schulaudiometrie ist vergleichsweise mindestens genauso wichtig wie die Schulzahnpflege. Nachdem die wissenschaftlichen Grundlagen der Pädoaudiologie gelegt sind und einige Länder schon erstaunliche organisatorische Einrichtungen für diesen Zweck geschaffen haben, sollten unsere hörgestörten Kinder demgegenüber nicht zurückstehen müssen, zumal sie nach dem Bundessozialhilfegesetz das Recht haben, nach modernen Methoden untersucht, behandelt und erzogen zu werden.

Summary

Even high-grade deafness in children can be improved by means of special hearing aids and by systematic training of hearing and speaking. However, it is essential that such measures be begun at about 18 months of age. Examination of small children with hearing impairment is best left to specially equipped large centres. An individually fitted portable hearing aid is the ultimate aim. Home training in hearing and speaking, which requires the mother's cooperation, is an essential complement to the medical aspects. Even mild and moderate impairment of hearing requires special attention, particularly in the school-age. Audiometric examination plays an essential part in this and it is suggested that it should be systematically conducted in schools, similar to the arrangements made for dental care. Some special aspects applicable to the conditions in the Federal Republic of Germany are discussed.

Resumen

Problemas de un fomento a tiempo justo del niño dañado del oído

También para niños dañados del oído en alto grado se pueden lograr actualmente progresos decisivos, captando antes y más exactamente su audición residual con métodos especiales de audiometría infantil, reforzándola considerablemente por aparatos electroacústicos y aprovechándola razonablemente por una educación sistemática del oído y del habla para la adquisición del lenguaje y de la capacidad del habla. Este fomento llamado pedoaudiológico tiene que empezar pronto, aproximadamente con 18 meses de edad. Tiene que iniciarse con un enjuiciamiento médico del “síntoma patológico de la dureza de oído”. Esta exploración básica del niño pequeño dañado del oído, inclusive establecimiento de la anamnesis, delimitación etiológica, audiometría infantil así como diagnóstico diferencial (psiquiatra, pediatra, psicólogo) tiene que quedar reservada a grandes clínicas de otorrinolaringología instaladas especialmente para ello. La consecuencia más importante para el niño de audición residual consiste en la receta de un aparato auditivo portátil, adaptado individualmente, porque sólo por el uso del aparato auditivo se realiza la correlación necesaria del oído y del lenguaje, que permite al niño edificar un mundo acústico y controlar las manifestaciones sonoras propias. De un modo complementario necesita el niño orientaciones sistemáticas en forma de la educación casera del oído y del lenguaje (“Home-Training”), que tienen que facilitarse por un pedagogo de audición con colaboración de la madre. De este modo es posible hacer mucho más feliz la suerte de niños con dureza de oído de alto grado. Pero también una dureza de oído ligeramente grave hasta semigrave requiere especialmente en la edad escolar mayor atención. Para ello es preciso que los exámenes escolares de la audición practicados por la prueba del lenguaje insuficiente sean adaptados generalmente a la técnica de la audiometría escolar. Una audiometría escolar sistemática tiene la misma importancia que el cuidado escolar de los dientes. Después de haberse establecido los fundamentos científicos de la pedoaudiologia y de haber creado ya algunos países asombrosas instituciones organizadoras para este fin, no deberían quedar atrás nuestros niños dañados del oído, por más que con arreglo a la Ley federal de ayuda social tienen el derecho de ser explorados, tratados y educados según métodos modernos.